PRIVILEGIOS

Milagros Rey

Curso de Fotografía Creativa (nivel 2)
La ciudad dejó de ser ciudad.
Algunos animales deambularon con sosiego por las calles donde habitualmente encontramos humo, bulla y colillas de cigarrillo.
Los humanos se aislaron en sus viviendas. Ciertos individuos lograron encontrar belleza en la cotidianidad y supieron apreciar lo bueno en lo mundano.
Para otros fue más tedioso.
Se armaron rutinas para no perder la cabeza, se exigieron productividad y se quejaron de la falta de alimentos específicos en el supermercado y de sus colas,
del techo que un poco cruje por culpa del vecino de arriba que es muy ruidoso,
del uso del tapabocas de la fastidiosa presencia, ahora constante, de mamá y papá en la casa y se quejaron de cada nueva noticia que resonaba en el televisor.
De las personas que no aplauden y de las que aplauden también se quejaron.
¿Qué será lo que pretenden en esos reclamos desesperantes?
¿Qué será lo que tienen aquellos humanos que ignoran y olvidan la notable dicha de su entorno?
No sé, demasiados privilegios, tal vez.